Creador del cielo y la tierra

Por razones de salud, me recomendaron que comenzara un régimen de ejercicios, pero la ajetreada agenda de mi vida diaria lo hacía difícil. Así que, después de acostar a mis hijos por la noche, comencé a dar caminatas nocturnas. He adquirido el hábito de escuchar música de alabanza o sermones en audio, pero también era un buen momento para hablar con Dios durante estas caminatas. A lo largo de mi caminata veo el brillo de las estrellas y la luna reflejada en el mar, las nubes y el sonido de las olas y el viento. Es un lenguaje sin palabras que me asombra, una creación nocturna que me hace llorar. Toda esta maravillosa creación me recuerda la presencia constante de Dios el Creador, incluso en las noches más oscuras de mi vida.

Nuestra generación ha adoptado un estilo de vida ajetreado. Haríamos bien en desarrollar el buen hábito de la reflexión y la contemplación de la creación de Dios. Si escuchamos atentamente los «suaves susurros» que nos rodean, con toda probabilidad podremos percibir los mensajes que el Creador tiene para nosotros.