Instrumentos de Dios

Los acontecimientos inquietantes de nuestro mundo nos desafían a reflexionar sobre nuestro llamado e identidad cristiana. No podemos negar el sufrimiento y la injusticia del mundo, ni de nuestras propias comunidades. La guerra, la violencia armada y otras formas de ataque están siempre presentes. La gente sigue arriesgando su vida para escapar de las duras condiciones de vida en los lugares que llaman hogar. No podemos ignorar las tensiones entre familiares y amigos debido a nuestras prioridades rivales.

Todos estos eventos son indicaciones de un mundo quebrantado. A la luz de semejante dolor, ¿no sería nuestro silencio una traición a nuestra intención de ser instrumentos de Dios para promover paz, justicia y sanidad? Dios nos ha llamado a dejar que la luz de Cristo brille donde reina la oscuridad; no significa que debemos hacer algo grande. Nuestros actos más pequeños de bondad pueden sanar un corazón roto. Nuestras oraciones honestas pueden ser una fuente de fortaleza para las demás personas. Nuestros actos más simples de valentía pueden traer justicia a nuestras comunidades. Descubramos las maneras en que Dios nos llama a servir y tratemos de caminar intencionalmente en las huellas de Jesús.