Nunca olvidado

Los niños que han sido abandonados por un padre o una madre, independiente de su edad, pueden tener dificultades en su vida por falta de amor. Es posible que se pregunten cómo la persona que debería amarlos pudo abandonarlos. Como hija de un divorcio y criada por un padre soltero, a menudo me preguntaba esto mismo. Aunque tenía un padre que me amaba incondicionalmente y se preocupaba por mí, me preguntaba por qué la otra pareja no. Sentimientos de soledad e indignidad me llenaron. Me sentía sola en mi tristeza.

Pero la Escritura de hoy en el libro de Isaías cambió mi perspectiva y mi vida. Me mostró que no era la única persona que albergaba estos sentimientos. Y me recordó que Dios nunca me olvidará. ¡Estoy «...grabada en las palmas...» de las manos de Dios! Esta verdad me trae paz más allá de las palabras.

Ahora, elijo estar agradecida por el amor infalible de Dios y por las personas en mi vida que realmente se preocupan por mí. La vida puede ser injusta; pero cuando reconocemos que el amor de Dios por nosotros es real e infinito, nuestras vidas se cambian de maneras inimaginables. ¡Dios, en verdad, es bueno!