Mirar más de cerca

Seguí las señales hacia un campo de girasoles, esperando ver girasoles en plena flor. Pero lo que encontré fue una enorme colección de tocones muertos y ennegrecidos.

Aunque desanimado por la dureza del lugar, me quedé quieto y estudié la escena. Escuché los sonidos de los pájaros y vi un reyezuelo Carolina entrando y saliendo entre los tallos en busca de semillas. Un par de pajaritos amarillos —tal vez jilgueros— pasaron por mi lado. Otras aves que no pude identificar también estaban allí, junto a varias mariposas Monarca que revoloteaban. Vi campanillas, flores silvestres y azules, enrollándose en los tallos muertos de los girasoles. El lugar que parecía muerto a primera vista estaba lleno de vida.

Las palabras de Isaías resonaron en mí: «Fíjense en que yo hago algo nuevo que pronto saldrá a la luz. ¿Acaso no lo saben?». Dios está obrando en lugares que pueden parecer secos y muertos. Podemos mirar y no ver inmediatamente a nuestro alrededor señales de vida. Sin embargo, cuando miramos más de cerca, la vida misma nos sorprende. El poder creativo de Dios jamás nos decepcionará.