Desprevenido

Hace poco, solicité a un trabajo que requería un examen escrito. Tendría una hora para contestar 60 preguntas. Sin embargo, no dieron instrucciones sobre el examen. Investigué un poco en la Internet y solicité un libro de la biblioteca, pero ninguno de los recursos que revisé me dieron la información que necesitaba. Solo tuve que hacer lo mejor que podía en el tiempo asignado.

La vida es así. Nos gustaría estar preparados para pruebas futuras, pero cuando nos enfrentamos con problemas inesperados, nos damos cuenta que es poco lo que podemos hacer para prepararnos. No existe una guía sobre cómo sobrevivir después de la infidelidad de un cónyuge o cómo estar alegre cuando se sufre de depresión. Pocas son las etapas de la vida a las que entraremos sintiéndonos completamente preparados.

Entonces, ¿qué hacemos? Confiamos en el amor y la guía de Dios. Nos fortalecemos al leer y seguir la palabra de Dios y apartamos tiempo para la adoración y la oración. Y cuando lo inesperado sucede, simplemente hacemos lo mejor que podemos. Sobre todo, podemos confiar en Aquél que solo quiere lo mejor para nosotros y nos ayudará con cualquier prueba que cruce nuestro camino.