LAURA HUFF HILEMAN | Leer Evangelio según San Marcos 3:1-6
Siempre leo esta historia con compasión por el hombre de la mano seca. No sólo porque había estado incapacitado por algún tiempo, sino porque simplemente estaba ocupándose de sus propios asuntos, yendo al templo, sin buscar drama, y luego se metió en esta situación tensa entre Jesús y los fariseos....
Considere sus propias limitaciones, físicas o de otro tipo. ¿Cómo es que estas mismas vulnerabilidades son el lugar donde experimenta la presencia y el poder del Dios vivo?
En las lecturas de esta semana, exploraremos siete maneras en que nuestra encarnación manifiesta tanto la vulnerabilidad del ser humano como el «poder extraordinario» de Cristo: el tesoro en los vasos de barro. Estas paradojas incluyen los misterios de haber sido creados de manera aterradora y maravillosa, cómo la enfermedad y las heridas nos hacen vulnerables a una sanidad vivificante, cómo el hambre física nos abre a la abundancia del reino de Dios, cómo nuestro abandono al sueño puede revelar nuestras fortalezas ocultas, cómo el verdadero conocimiento incluye el no saber, cómo el envejecimiento puede abrirnos a la «vida de Jesús» dentro de nosotros, y cómo nuestra mortalidad está cargada de lo infinito de Dios. Todo esto apunta a esta paradoja de la fe: aquello que nos hace sentir vulnerables nos abre al Dios vivo. Como dice el apóstol Pablo en otra parte: «En nuestra debilidad está nuestra fuerza».
• Lea Marcos 2:23–3:6. ¿Quién de las personas en este pasaje lanza una respuesta emocional hacia usted? ¿Cuál es el sentimiento que usted lleva hacia cada una de estos personajes?
• Lea Salmo 139:1-6 y 13-18. ¿Cómo se siente ser tan completamente conocido y transparente ante Dios?
• Lea 1º de Samuel 3:1-20. ¿Alguna vez ha tenido un sueño o una visión que le ayudó a sentir que Dios estaba indudablemente con usted?
• Lea 2ª a los Corintios 4:5-12. ¿Ha habido algún momento en su vida en el que el sufrimiento ayudó a revelar la gloria de Dios?
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