Ray Buckley | Leer Carta a los Hebreos 9:11-14
Entre los Amish, uno de los pecados más atroces es el de «hablar por Dios». Lo hacemos tan fácilmente, ¿verdad? En un esfuerzo por perpetuar nuestra «rectitud» y el control que conlleva, creamos denominaciones (y las destruimos); ensangrentamos la historia (y los grupos de personas); suprimimos y esclavizamos a razas...
Santo, no necesitaste un sacrificio para perdonarnos. Era todo lo que sabíamos. Caminaste hasta nuestro altar. Ciertamente, debe haber algo más que debemos hacer. Tu pisas la tierra. Has palmeado la tierra. Aquí has enterrado tu cordón umbilical. Amén.
RESUMEN DE LAS ESCRITURAS
-Lea Rut 1:1-18. ¿Cuándo ha dejado atrás lo conocido para adentrarse en lo desconocido? ¿Dónde experimentó la presencia y la ayuda de Dios en esa situación?
-Lea el Salmo 146. ¿Cuándo ha sido testigo de la obra de Dios en el mundo de una manera que le dio esperanza en una situación que parecía desesperada?
-Lea Hebreos 9:11-14. ¿De qué manera la redención ofrecida en la muerte de Cristo le libera para adorar a Dios vivo? ¿Qué forma toma su adoración?
-Lea Marcos 12:28-34. ¿Qué significa para usted amar al prójimo como a sí mismo? ¿Cómo cumple este mandamiento en su vida cotidiana?
Responda publicando una oración.