L. Roger Owens | Leer Apocalipsis 1:4-8
Dietrich Bonhoeffer, teólogo y mártir alemán durante la Segunda Guerra Mundial, dijo una vez que lo más difícil de aceptar para los seres humanos es la realidad de que no estábamos en el principio. Nos cuesta estar en el medio, ser criaturas.
El pasaje de hoy afirma claramente que sólo...
Dios de nuestro Señor Jesucristo, ayúdanos a aceptarnos a nosotros mismos tal como nos creaste, con todos nuestros límites. Danos paciencia cuando nos sintamos frustrados por nuestros límites de seres humanos. Amén.
El segundo libro de Samuel recoge las últimas palabras de David. David se consuela en la alianza que Dios ha hecho con su familia, que debe ser continuada por reyes que honren a Dios y gobiernen con justicia. El salmista expresa en forma de cántico esta misma alianza con la familia de David y la misma necesidad de seguir los decretos de Dios para gobernar bien. El Apocalipsis se abre con una visión de Jesucristo, el cumplimiento de la alianza davídica, el Rey que gobernará sobre todos los reyes de todos los tiempos. Muchos esperaban que Jesús estableciera un reino político. Sin embargo, en el evangelio de Juan, Jesús le dice a Pilato que su reino no es de este mundo. Esta semana demos gracias a Dios porque el reino no se basa en el ejercicio del poder, sino en el ejemplo de Jesús de servir a los demás.
Lea 2º de Samuel 23:1-7. ¿Qué características incluiría en la descripción de un líder justo? ¿Dónde observa esas características en los líderes mundiales de hoy?
-Lea el Salmo 132:1-18. ¿Cuál es su visión del Paraíso? ¿Quién se sentará a la mesa con usted?
-Lea Apocalipsis 1:4b-8. ¿Cómo da testimonio del «Alfa y la Omega»?
-Lea Juan 18:33-37. ¿Qué entiende usted por vivir en el Reino de Dios?
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