Mary Austin | Leer Carta de san Pablo a los Filipenses 1:3-11
Hace algunos años, me encontré sumida en una larga depresión. Racionalmente, tenía una vida maravillosa: un marido sabio e ingenioso, un hijo precioso, un trabajo interesante y amigos amables. Sin embargo, la melancolía de la vida parecía mucho más cercana que las cosas buenas. Sentía que me hundía en ella.En...
Dios de amor abundante y duradero, que nuestro amor por ti, por los demás y por el mundo se manifieste cada vez más en este tiempo de Adviento y más allá de él. Amén.
El profeta Malaquías habla de un día futuro en el que el mensajero de Dios vendrá a preparar el camino para el Señor. El Señor purificará entonces al pueblo y restaurará el culto correcto a Dios. Los cristianos creen que Juan el Bautista era este mensajero, que preparaba el camino para Cristo. En Lucas 1, el Espíritu Santo llena a Zacarías, el padre de Juan, que proclama que ha comenzado el cumplimiento de las promesas de Dios a sus descendientes. Lucas continúa la historia de Juan en el capítulo 3, describiendo el ministerio de Juan de llamar a la gente al arrepentimiento. Tienen que preparar el camino del Señor en sus propios corazones, cumpliendo así la profecía de Malaquías. En Filipenses, Pablo no se centra en el advenimiento de Cristo, sino en el poder permanente de su presencia para hacernos irreprochables y justos a los ojos de Dios.
-Lea Malaquías 3:1-4. ¿Cómo se ha encontrado usted con el fuego del purificador? ¿Cómo fué su experiencia?Lea Lucas 1:68-79. ¿De qué manera ha experimentado la misericordia de Dios en su vida?Lea Filipenses 1:3-11. ¿Cómo convierte en un hábito diario el expresar su gratitud por los demás?Lea Lucas 3:1-6. ¿Cómo prepara usted el camino del Señor? ¿Qué caminos desviados está ayudando a enderezar?
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