Beth A. Richardson | Leer Salmos 80:1-7
Ven, Emanuel, e ilumina las sombras de nuestros corazones, de nuestro mundo.Aquí, en el hemisferio norte, hemos llegado al solsticio de invierno. Tras la puesta de sol de esta noche, entramos en la noche más larga. Mañana, el sol empezará a salir un poco antes, sólo unos minutos cada día....
Emanuel, Dios –con– nosotros, abrázanos cuando nos afligimos o nos preocupamos o lloramos. Restáuranos y deja que tu rostro brille sobre nuestras sombras. Amén.
Como cristianos, entendemos que nuestra fe está arraigada en la historia continua de la fidelidad de Dios al pueblo de Dios. Miqueas celebra esta historia, profetizando que el verdadero rey de Israel vendrá un día de la pequeña aldea de Belén, lugar de nacimiento de Jesús. Lucas presenta a las mujeres de manera prominente a lo largo de su evangelio. Las dos lecturas de Lucas de esta semana destacan la visión profética de Isabel y María. María visita a Isabel, que está embarazada de Juan, el mensajero de Dios. Cuando Isabel identifica a María como la madre del Señor, María rompe a cantar, comprendiendo que su historia está ligada al cumplimiento de las promesas de Dios que se remontan a Abraham. No sabía que su hijo ofrecería un día su cuerpo como sacrificio por todos, como nos dice Hebreos.
-Lea Miqueas 5:2-5a. ¿Qué pequeños comienzos han dado grandes resultados en su vida?-Lea Salmo 80:1-7. ¿Cuál es hoy su canto de alabanza a Dios? ¿Cómo lo compartiría?-Lea Hebreos 10:5-10. ¿Cómo ayuda a su cuerpo a experimentar a Dios?-Lea Lucas 1:39-55. ¿Cómo le ha hablado Dios a través de un encuentro gozoso con otra persona?
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