R o b e r t S c h n a s e | Leer Isaías 50:4-9
Isaías habla desde la experiencia vivida, una situación particular de vulnerabilidad emocional y física, un momento de angustia para los inocentes. El profeta enfrenta la violencia de los adversarios y describe lo que es ser considerado inútil, invisible, olvidado y despreciado. El profeta no abandona a los que sufren, sino...
Llévame a lugares que profundicen mi compasión por los demás, Señor. Enséñame palabras de misericordia y paz. Que las personas escuchen tu amor en mi voz y lo vean en mis ojos, para que tú sostengas al fatigado a través de mí. Amén.
La obediencia no es mi palabra favorita en el vocabulario de la fe. Prefiero meditar sobre los deleites de la gracia, el amor, la generosidad y la amabilidad. Estas me atraen. Me llaman. Me muevo hacia ellas. La obediencia se siente pesada y difícil. Me empuja a lugares a los que no quiero ir. La obediencia ofende mi sentido de autodeterminación y autosuficiencia. Desafía el orgullo y la pretensión. La obediencia me llama a lugares de vulnerabilidad e incertidumbre, me exige renunciar al control y dejar atrás partes de mí mismo a las que me aferro, y me hace elegir entre mis preferencias y la voluntad de Dios. Las lecturas de esta semana se centran en la última semana del ministerio terrenal de Jesús. Nos invitan a explorar la obediencia fiel y la confianza frente al sufrimiento, la injusticia y la resistencia interior.
P R E G U N T A S Y S U G E R E N C I A S P A R A L A R E F L E X I Ó N
• Lea Isaías 50: 4-9a. Recuerde una vez en la cual Dios le impulsó a ofrecer una palabra de aliento a alguien derrotado por las circunstancias de su vida. ¿Cómo supo qué decir?
• Lea Salmo 31:1-2, 9-16. ¿Qué significa buscar refugio en Dios? ¿Cuándo ha experimentado tanto una incertidumbre amenazante como una confianza absoluta al mismo tiempo?
• Lea Filipenses 2:5-11. ¿Cómo moldea su fe la reflexión de Pablo sobre que Jesús «se humilló y se hizo obediente»? ¿Cómo se ve la obediencia fiel? ¿Cómo fomentamos la humildad semejante a la de Cristo?
• Lea Lucas 22:14–23:56. (Esta lectura es extensa. Tómese tu tiempo.) ¿Qué le sorprende de nuevo al leer esta historia familiar? ¿Qué le toca más personalmente?
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