Rhoda Manzo (Gombe State, Nigeria) | Leer Hechos de los Apóstoles 2:12-21
Jesús prometió que los discípulos recibirían poder cuando el Espíritu Santo viniera sobre ellos. Y así fue, Pedro, quien unas semanas antes temía siquiera admitir ante una sirvienta que era seguidor de Jesús, ahora se levanta y predica un poderoso sermón a una gran multitud que se había reunido. «¡Estos...
Dios, gracias por tu regalo del Espíritu Santo, nuestra fuente de poder. Ayúdanos a ser testigos efectivos y a proclamar el evangelio de Cristo. Amén.
Las lecturas de esta semana hablan sobre la venida del Espíritu Santo prometido. En el Evangelio de Juan, Jesús promete enviar al Salvador, quien enseñará a los discípulos y les ayudará a mantenerse conectados con Cristo. El salmista alaba a Dios por cómo la creación es renovada a través del Espíritu. Pablo recuerda a los lectores que aquellos guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios. En Hechos, los discípulos esperan el poder prometido que los ayudará a ser testigos efectivos. Reciben esa promesa cumplida en el día de Pentecostés, transformándolos de personas temerosas a personas llenas de fuego. A través de nuestra exploración del Espíritu Santo, aprendemos que este Defensor no es solo una idea o un recordatorio, sino una manifestación de la presencia de Dios que nos guiará en la verdad abogará por nosotros y nos dará paz.
• Lea Hechos 2:1-21. ¿Por qué fue importante el derramamiento del Espíritu Santo en el día de Pentecostés para la iglesia?
• Lea el Salmo 104:24-34, 35b. Al mirar el mundo natural que le rodea, ¿qué le dice acerca de Dios?
• Lea Romanos 8:14-17. ¿Qué seguridad nos da el Espíritu Santo?
• Lea Juan 14:8-17, 25-27. ¿Con qué frecuencia busca la ayuda del Espíritu Santo?
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