Rhoda Manzo (Gombe State, Nigeria) | Leer Evangelio según San Juan 14:8-17
Los discípulos de Jesús están angustiados y confundidos en el aposento alto mientras escuchan a Jesús tratar de prepararlos para su venida, muerte y partida. «No los voy a dejar huérfanos; volveré para estar con ustedes», les asegura Jesús (Juan 14:1, 18). Luego promete que Dios les enviará un Abogado...
Dios Trino, gracias por proporcionarme un abogado que siempre está ahí para guiarme. Que yo esté abierto a los empujones del Espíritu, siguiendo adonde ella me lleve. Amén.
Las lecturas de esta semana hablan sobre la venida del Espíritu Santo prometido. En el Evangelio de Juan, Jesús promete enviar al Salvador, quien enseñará a los discípulos y les ayudará a mantenerse conectados con Cristo. El salmista alaba a Dios por cómo la creación es renovada a través del Espíritu. Pablo recuerda a los lectores que aquellos guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios. En Hechos, los discípulos esperan el poder prometido que los ayudará a ser testigos efectivos. Reciben esa promesa cumplida en el día de Pentecostés, transformándolos de personas temerosas a personas llenas de fuego. A través de nuestra exploración del Espíritu Santo, aprendemos que este Defensor no es solo una idea o un recordatorio, sino una manifestación de la presencia de Dios que nos guiará en la verdad abogará por nosotros y nos dará paz.
• Lea Hechos 2:1-21. ¿Por qué fue importante el derramamiento del Espíritu Santo en el día de Pentecostés para la iglesia?
• Lea el Salmo 104:24-34, 35b. Al mirar el mundo natural que le rodea, ¿qué le dice acerca de Dios?
• Lea Romanos 8:14-17. ¿Qué seguridad nos da el Espíritu Santo?
• Lea Juan 14:8-17, 25-27. ¿Con qué frecuencia busca la ayuda del Espíritu Santo?
Responda publicando una oración.