Stanley R. Copeland | Leer Salmos 80:1-2
Antes de leer el salmo completo, debemos centrarnos en su comienzo: «¡Despierta y ven a salvarnos con tu poder!». Es difícil leer este salmo de lamentación sin lamentar el estado de la iglesia, como un ser que asemeja la viña plantada por Dios, llena de esperanza, pero con las uvas...
Dios de poder y perdón, quiero sentir tu mano en mi hombro, porque solo tú puedes salvarnos. Que nunca me aleje de ti; dame vida al invocar tu nombre. Amén.
Las lecturas de las Escrituras de la semana tienen como tema común que Dios abre un camino, y este camino siempre conduce a la restauración, el perdón, la justicia, la misericordia y el amor. Podemos desviarnos del camino de Dios o rechazarlo por completo, pero Dios nunca se aparta de nosotros, no nos abandona y siempre nos invita a seguir su camino, que finalmente nos lleva a la paz y a una experiencia real de su presencia. Las lecturas concluyen reconociendo que en el camino de Dios estamos rodeados por una «nube de testigos»: los santos de la fe también son nuestros compañeros. A nuestro lado, en el camino, está Jesús acompañándonos.
• Lea Isaías 5:1-7. ¿Cómo tomamos el camino de justicia y misericordia que Dios nos ha provisto y rechazamos el camino que conduce al derramamiento de sangre?
• Lea el Salmo 80:1-2, 8-19. ¿De qué necesitamos ser rescatados en la actualidad? ¿Por qué necesitamos restauración y avivamiento, y qué propósito tendrían?
• Lea Hebreos 11:29–12:2. ¿A quién considera usted una persona o personas de fe que han iluminado el camino de Dios?
• Lea Lucas 12:49-56. ¿Cómo abordamos las divisiones cuando surgen en nuestras familias, círculos de amistad y comunidades de fe?
Responda publicando una oración.