Stanley R. Copeland | Leer El santo evangelio según San Lucas 12:49-56
¿Hay alguna duda de que Jesús vino a cambiar las cosas? Llamó a quienes escucharon esta palabra por primera vez, y a quienes la leemos hoy, a abrir los ojos para ver que el camino que seguimos está lejos del camino hacia Dios. Jesús vino a cambiar las cosas y...
Dios que todo lo ve y ama, sacúdeme. «Abre mis ojos para que pueda ver destellos de la verdad que tienes para mí. Pon en mis manos la maravillosa llave que me abrirá y me liberará. En silencio te espero, lista, mi Dios, para que vea tu voluntad» (Clara H. Scott, 1895). Amén.
Las lecturas de las Escrituras de la semana tienen como tema común que Dios abre un camino, y este camino siempre conduce a la restauración, el perdón, la justicia, la misericordia y el amor. Podemos desviarnos del camino de Dios o rechazarlo por completo, pero Dios nunca se aparta de nosotros, no nos abandona y siempre nos invita a seguir su camino, que finalmente nos lleva a la paz y a una experiencia real de su presencia. Las lecturas concluyen reconociendo que en el camino de Dios estamos rodeados por una «nube de testigos»: los santos de la fe también son nuestros compañeros. A nuestro lado, en el camino, está Jesús acompañándonos.
• Lea Isaías 5:1-7. ¿Cómo tomamos el camino de justicia y misericordia que Dios nos ha provisto y rechazamos el camino que conduce al derramamiento de sangre?
• Lea el Salmo 80:1-2, 8-19. ¿De qué necesitamos ser rescatados en la actualidad? ¿Por qué necesitamos restauración y avivamiento, y qué propósito tendrían?
• Lea Hebreos 11:29–12:2. ¿A quién considera usted una persona o personas de fe que han iluminado el camino de Dios?
• Lea Lucas 12:49-56. ¿Cómo abordamos las divisiones cuando surgen en nuestras familias, círculos de amistad y comunidades de fe?
Responda publicando una oración.