Sr. George T. Wilkerson (Maryland, EE. UU.)
—Ve y acuéstate —dijo Elí—. Si alguien vuelve a llamarte, dile: «Habla, Señor, que tu siervo escucha». - 1º de Samuel 3:9 (NVI)
Cuando llegué a la cárcel por primer vez en 2006, no conocía a nadie. A la hora de comer, el comedor se tornaba ruidoso con muchas voces hablando al mismo tiempo. Era caótico. Al conversar y llegar a conocer los hombres que estaban cerca, llegué a reconocer sus voces a...
Las ovejas de Jesús le siguen porque reconocen su voz (ver Juan 10:4).
por personas cristianas en la cárcel
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