Sra. Christine Morrison (Pensilvania, EE. UU.)
Señor y Dios nuestro, ¡cuán glorioso es tu nombre en toda la tierra! ¡Has puesto tu gloria sobre los cielos! - Salmo 8:1 (RVC)
Después de la muerte repentina e inesperada de mi hija, que estaba embarazada, quedé devastada. Los planes y la gran alegría que anticipamos habían desaparecido. Por momentos, la pena y la conmoción eran indescriptibles.
Al acercarse el día de las madres, unas pocas semanas después de su fallecimiento, mi corazón...
Puedo hallar la presencia y el consuelo del Señor en la belleza de la creación.
por los padres y madres que han perdido un hijo/a
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