Sra. Zoe M. Hicks (Georgia, EE. UU.)
Jesús tomó entonces los panes, dio gracias y distribuyó a los que estaban sentados todo lo que quisieron. Lo mismo hizo con los pescados. - Juan 6:11 (NVI)
Mi joven amigo me había escrito una nota de agradecimiento por invitar a nuestros vecinos a tomar un café. Ninguno de los otros adultos invitados escribió, pero este niño con dislexia sí. Algunas letras estaban al revés y una frase continuaba sin puntuación. Firmó su nombre y luego agregó los nombres de sus dos hermanos menores.
Leí la nota con lágrimas en los ojos. Sabía cuánto luchaba este joven con su discapacidad de aprendizaje. Sin embargo, no se preocupó con eso y se enfocó en expresar su gratitud.
En la Biblia, un niño ofreció cinco panes y dos peces para alimentar a una multitud. Jesús tomó lo que tenía y, después de dar gracias, lo multiplicó para alimentar a cinco mil personas (Ver Juan 6:1-14). Ese chico podría haberse contenido, diciéndose a sí mismo que lo que tenía no era suficiente; que la gente se reiría de él; que Jesús podría rechazar su humilde ofrenda; que su madre lo regañaría por donar su almuerzo; que pasaría hambre.
Guardo esa nota de agradecimiento para recordarme que debo dar lo que tengo a Dios, confiando que con el poder de Dios, será suficiente.
En las manos de Dios, bastan mis dones.
Por enfocarnos en expresar gratitud
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