Sr. John D. Bown (Minnesota, EE. UU.)
Jesús contó a sus discípulos una parábola para mostrarles que debían orar siempre, sin desanimarse. - Lucas 18:1 (NVI)
He jugado al golf durante muchos años, pero necesitaba mejorar mi técnica, así que decidí pedir ayuda. El profesional que trabajó conmigo fue muy servicial y me señaló varias cosas que podía hacer para mejorar. Anteriormente, había probado muchos otros métodos, pero no me resultaron y la solución fue buscar orientación profesional.
Sea que se trate de una dificultad con el trabajo, la familia o los amigos, casi siempre intento resolver el problema por mi cuenta. A veces tengo la suerte de resolver las cosas. Pero, otras veces, después de que mis opciones han fallado es que finalmente me pongo a orar sobre la situación y busco la guía de Dios. Cuando reflexiono sobre este patrón de mi comportamiento, no tiene sentido. La oración debe ser el volante que guía nuestra vida, no el neumático de repuesto que sacamos en las emergencias.
Cuando enfrentamos desafíos, nuestro primer paso debe ser ir a Dios en oración. Nuestro Padre celestial nos creó y nos conoce mejor de lo que nosotros mismos nos conocemos. Dios no solo nos dará la guía que necesitamos, sino que también nos dará paz.
La oración es mi primera opción, no mi último recurso.
Por quienes se resisten a orar
Responda pida su oración.