Sra. Masego Mohlanga (Gauteng, Sudáfrica)
Ana dijo: «Este es el niño que yo pedí al Señor, y él me lo concedió. Ahora yo, por mi parte, se lo entrego al Señor. Mientras el niño viva, estará dedicado a él». - 1º de Samuel 1:27-28 (NVI)
Poco después que nací, mi madre se enfermó y le recetaron un medicamento fuerte que afectó gravemente su capacidad de concentrarse. Sin embargo, eso no la desanimó de compartir conmigo sobre la vida de Cristo. Siempre me animó en mis estudios y en los deportes, incluso mientras lidiaba con su dolor y su condición debilitante. Nunca se apartó de mí — siempre estaba presente, física y emocionalmente. Cuando llegó el momento de irme de casa, fue muy difícil para mamá, pero confiaba en que Dios me guiaría en el camino que debía seguir.
Ana es un gran ejemplo de este tipo de amor y confianza. Después de clamar al Señor, Dios la bendijo con un bebé, Samuel. Y Ana mantuvo su compromiso de dedicar a su hijo a Dios. Aunque ella amaba a Samuel, estaba dispuesta a apartarse y dejar que él creciera con Dios. Ana mostró su amor devoto y sacrificial tanto en su deseo de tener un hijo como en su disposición a dar al niño a la obra del Señor. El amor de Ana es un ejemplo de lo que es apoyar y también dejar ir. No es fácil dejar ir, pero si confiamos y tenemos fe en el Señor, todo estará bien.
Puedo encargar a Dios las personas que amo.
Por madres fieles
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