Sr. Christopher King (Virginia, EE. UU.)
Estad quietos, y conoced que yo soy Dios. - Salmo 46:10 (RVR)
Actualmente estoy a la mitad de camino de una sentencia de 20 años de prisión por los robos que cometí cuando era adicto a las drogas y el alcohol. A medida que los años pasan, muchas veces paso las noches sin dormir pensando que toda mi vida ha sido un gran error. ¿Cómo es posible que Dios me ame o permita que sea servicial en este ambiente frío y solitario de la prisión?
Últimamente, he llegado a ver que Dios me ha estado preparando para cosas más grandes. Hace un año, la prisión me contrató para ser mentor de mis compañeros en la prisión. Ahora tengo la oportunidad de practicar los frutos espirituales de amor, paciencia, bondad y generosidad que he desarrollado después de años de estar confinado en prisión y con bastante tiempo para «quedarme quieto».
Recientemente, me ascendieron a especialista en recuperación de compañeros. Ahora podré usar mis viviencias de abuso de sustancias y enfermedad mental para ayudar a otros hombres que están luchando con los mismos problemas. Justo cuando estaba listo para rendirme, Dios se presentó e hizo clara su voluntad para mi vida en la prisión y que ahora cuenta con un propósito. Cada día puedo ayudar a alguien que la sociedad ha desechado.
Dios obra de maneras misteriosas. Estaré listo cuando Dios me llame.
Por personas luchando contra la adicción
Responda pida su oración.