Sra. Cristina Dinoto (Mendoza, Argentina)
... son descendencia escogida, ... pueblo que pertenece a Dios, para que proclamen las obras marvillosas de aquel que los llamó de las tineblas a su luz admirable. - Hebreos 11:6 (NVI)
La impresora quiso hacer la tarea apurada y se llenó de hojas queriendo pasar todas juntas, hasta que al final se atascó. Las hojas no pasaron y me quedé con la tarea sin terminar. Se la llevé al técnico de siempre y me dijo que había que desarmarla. De manera que la tuve que dejar hasta el otro día.
La fui a buscar al día siguiente, pidiendo a Dios que estuviese arreglada, porque lo que estaba imprimiendo era la liturgia para los cultos del domingo, y así fue.
El técnico me explicó que los papeles tal vez eran muy gruesos o muchos, pero que pudo sacarlos y funcionaba bien.
Cuando iba a pagarle me dice: «No, no hay nada que pagar. Cuando uno recibe bendición, bendice también y yo pude leer lo que usted tenía escrito en los papeles que saqué. Fue de bendición para mi vida». Añadió: «Yo conocí a Dios de grande y eso fue la mayor bendición. Me cambió la vida y ahora leyendo estos escritos, sentí que Dios sigue bendiciendo mi vida».
Me conmovió la sorpresa que me tenía preparada Dios. Nunca habíamos hablado sobre nuestra fe. Esto nos dio lugar para seguir hablando del Señor, darle gracias los dos por conocerlo. Ahora, sentimos que nos une algo más que llenar el tubo de tinta de la impresora o arreglar cuando se atascan los papeles. Tuvimos la seguridad que viene del corazón de sentirnos hijos e hijas de Dios.
Cada día el Señor nos sorprende con bendiciones.
Por técnicos de servicios informáticos
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