Sra. Lilian Okafor (Lagos, Nigeria)
El ángel entró en donde ella estaba y le dijo: «¡Salve, muy favorecida! El Señor está contigo». - Lucas 1:28 (RVC)
Hace algunos años, lidiaba con una depresión postparto. Sentía que mi vida se había salido de curso, mis ambiciones habían quedado paralizadas ante la llegada de la maternidad y me sentía aislada.
Reflexionando sobre aquellos días, vino a mi mente Lucas 1:28. Este versículo fue la chispa que encendió un profundo cambio en mí y dio paso al camino hacia la sanidad. Un ángel enviado por Dios aseguraba a María el favor divino cuando se enfrentaba a la perspectiva de la maternidad sin pareja. Comprendí que, a pesar de mi situación, Dios estaba a mi lado, bendiciéndome con el don precioso de la maternidad.
Comencé a meditar en este versículo con regularidad, recordándome que Dios me considera favorecida y destinada a bendición. El mensaje de Dios que anunció el ángel no estaba dirigido solo a María, sino a usted y a mí también: «¡Salve, muy favorecida! El Señor está contigo».
No importa cuáles sean las dificultades a enfrentar, nos rodea el favor de Dios. Permanezcamos atentos a la presencia del Señor y sus promesas inalterables.
Cultivaré en mí un espíritu de gozo porque soy favorecida de Dios.
por las madres primerizas
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