Sra. Sylvia Engen Espe (Alberta, Canadá)
[Dios] sana a los que tienen roto el corazón, y les venda las heridas. - Salmo 147:3 (DHH)
Concluido el funeral de mi hijo, regresaba a casa y gemía: «Oh Dios, siento como si hubiese llegado al fondo de la desesperación». Me preguntaba: «¿Qué derecho tienen las personas en la calle a ser felices? ¿Por qué permiten a los músicos tocar música alegre afuera de la tienda mientras...
Aun en mi dolor más profundo, el amor sanador de Dios me encontrará.
Por alguien que conozco que está afligido
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