Sra. Peg Foltz (Illinois, EE. UU.)
Pedro bajó de la barca y caminó sobre el agua en dirección a Jesús. Pero al sentir el viento fuerte, tuvo miedo y comenzó a hundirse. Entonces gritó: — ¡Señor, sálvame! - Mateo 14:29-30 (NVI)
Hace unos meses fui despedida de mi trabajo después de once años. Ya había sido despedida dos veces anteriormente. Esta vez me afectó tanto que me enfermé. Un par de semanas después, El Aposento Alto mostraba la lectura de Mateo 14:22-33 en una de las meditaciones. El escritor me recordó...
La provisión amorosa de Dios me da esperanza.
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