un año nuevo

Hoy es el último día del año. Es momento de detenernos y reflexionar sobre lo que ha sucedido en estos 365 días, y valorar cada cosa, sea buena o sea mala. Hoy es el momento de subir al monte de Dios y tomar su mano y descansar en su providencia. Es como Moisés que subió al monte Nebo y desde allí contempló la tierra prometida.

Así nosotros estamos al borde de un año que se avecina. No sabemos qué noticias nos tiene, qué nuevas sorpresas tendremos. Lo cierto es que el bien y la misericordia del Señor nos siguen cada día y nos expresan su inagotable amor y su bondad para con nosotros. Y este año nuevo es una puerta a 365 oportunidades. Cada prueba, cada alegría, tienen un propósito.

Esperemos en la sabiduría de Dios para vivir cada instante agradecidos por la fidelidad del Señor, porque para siempre es su misericordia. ¡Feliz Año Nuevo! Bendiciones.