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Y, de nuevo, las estaciones cambian y surge nueva vida. Abunda la gratitud por la asombrosa creación de Dios.
«Aún si voy por valles tenebrosos, no temeré ningún mal porque tú estás a mi lado; tu vara y tu bastón me reconfortan». Salmo 23:4 (NVI)
«Jesús dice: Les he puesto el ejemplo, para que hagan lo mismo que yo he hecho con ustedes». Juan1 3:15 (NVI)
La grandeza de las montañas nos recuerda la fragilidad del cuerpo humano, a pesar de que los seres humanos son creados a imagen de Dios.
«Si tengo el don de profecía y entiendo todos los misterios; si poseo todo conocimiento, si tengo una fe que logra trasladar montañas, pero me falta el amor, no soy nada». 1ª a los Corintios 13:2 (NVI)
Entre el pueblo de Dios tenemos un lugar para descansar, cantar y alegrarnos.