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La belleza y el dolor, la alegría y la tristeza, la muerte y la vida nueva, las contradicciones coexisten en el mundo que Dios ha creado.
Con Cristo como compañero, me elevo más de lo que jamás podría hacerlo por mi cuenta.
Cuando se me presenta la elección entre la oscuridad y la luz, ayúdame a elegir la luz de tu amor, oh Dios
Oh Dios, damos gracias por la sabiduría de las generaciones que han cultivado nuestros alimentos y han cuidado de tu mundo.
Dios conoce cada una de nuestras respiraciones, incluso cuando creemos que podemos escondernos de su presencia.
Deja que el espíritu alegre de Dios brille dondequiera que estés, iluminando el mundo que te rodea.
«Te bendeciré mientras viva, y alzando mis manos te invocaré». (Salmo 63:4, NIV).
Aunque las pruebas nos cambien hasta hacernos irreconocibles, seguimos siendo entrañables y útiles a los ojos de Dios.