«Que el adorno de ustedes no consista en cosas externas, como peinados exagerados, joyas de oro o vestidos lujosos, 4 sino en lo íntimo del corazón, en la belleza incorruptible de un espíritu suave y tranquilo. Esta belleza vale mucho delante de Dios». 1ª de Pedro 3:3-4 (DHH)
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Aun cuando me siento pequeño y vulnerable, el amor infalible de Dios es mi escudo.
"He calmado y aquietado mis ansias. Soy como un niño recién amamantado en el regazo de su madre" (Salmo 131:2, NVI).
Sin importar las circunstancias, podemos confiar en que Dios nos mantendrá a flote.
"En el camino de la justicia se halla la vida; por ese camino se evita la muerte" (Proverbios 12:28, NVI)
Hay mucho que ver y mucho que aprender cuando salimos de nuestras zonas de comodidad.
Cuando somos sostenidos por la riqueza de la palabra de Dios, podemos llevar el fruto del amor de Dios al mundo.