Escribir en un diario puede ser un regalo para el alma, liberándonos del estrés y las preocupaciones mientras escuchamos la sabiduría de Dios.
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Dedica un tiempo cada día a reflexionar sobre la belleza que Dios ha creado.
«Con tu apoyo me lanzaré contra un ejército; contigo, Dios mío, podré asaltar murallas». 2ª Samuel 22:30 (NVI)
Incluso en medio de lo que parece ser la nada, el amor indefectible de Dios hace posible volver a empezar.
«Desde los confines de la tierra te invoco, pues mi corazón desfallece; llévame a una roca que es más alta que yo». Salmo 61:2 (NVI)
Nos nutrimos mejor cuando participamos diariamente del fruto de las enseñanzas de Jesús.
El Espíritu Santo nos impulsa a seguir adelante, rebosantes de valor y fe para hacer la voluntad de Dios.
En el camino de la fe, a veces tenemos la sensación de dar vueltas en círculo antes de encontrar el camino.